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Activos intangibles: Cómo proteger aquello que te diferencia de tus competidores

Actualizado: 9 feb 2021

Aunque la base de todo negocio es la comercialización de productos o la prestación de servicios, resulta innegable que, a la hora de llevarlos al mercado, debemos trasladar al cliente o al consumidor aquello que nos diferencia de nuestros competidores. Esta diferenciación se consigue normalmente mediante los denominados activos intangibles.


TIPOS BÁSICOS DE ACTIVOS INTANGIBLES


Los elementos diferenciadores son de diversa índole:

  1. Tecnológicos (software o aplicaciones informáticas)

  1. De contenido industrial (modelos de utilidad si son invenciones simples, o patentes si hablamos de invenciones más complejas)

  1. Signos que nos distingan (marcas y nombres comerciales)

  1. Diseños novedosos (diseño industrial)

Ley de protección Jurídica del Diseño Industrial (https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2003-13615)

  1. Conocimientos que conceden una ventaja empresarial (secretos empresariales y know how)

CÓMO DEBEN SER TRATADOS


Todos los mencionados son activos de la empresa, denominados activos intangibles, que pueden y deben ser valorados y que, además, deben ser correctamente protegidos para evitar que nadie se aproveche de nuestra inversión, o que los copien y con ello se dañe nuestra reputación.


Por ello, es necesario estudiar si existe colisión con otros derechos de terceros ya registrados y proceder a solicitar su inscripción como medio necesario para protegerlos, e impedir en lo sucesivo que otras personas pretendan acceder al registro con elementos idénticos o similares.


También podemos valorarlos para que puedan ser tenidos en cuenta como un activo más de tu empresa, de cara a poder negociar una financiación.


Igualmente, podemos negociar y redactar contratos de licencia para permitir a terceros que puedan usar esos activos, a cambio de un canon.


Y en caso de que alguien los copie o los use sin permiso (licencia), podemos reclamar judicialmente para que cese la infracción de nuestros derechos, con la correspondiente indemnización de daños y perjuicios.


CONCLUSIÓN


Los elementos diferenciadores, que van más allá de los productos o servicios que se comercializan en una empresa, son activos de alto valor que aumentan la competitividad de nuestro negocio. También nos distinguen de los competidores. Por ello, es necesario valorarlos y protegerlos debidamente. Además, llegado el caso, defenderlos para evitar que nadie pueda apropiarse y servirse de nuestro esfuerzo e inversión.

Si quieres proteger tus activos intangibles, valorarlos y defenderlos, en Carrillo Asesores estaremos encantados de atenderte.




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