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Presión fiscal; Informe anual 2017 de la OCDE por países

Actualizado: 29 abr 2021

El informe anual de la OCDE “Revenue Statistics” (enlace a la versión inglesa en http://www.oecd.org/tax/revenue-statistics-2522770x.htm) estudia el detalle de la presión fiscal de los diferentes países en el año 2017. Los compara entre ellos y respecto al año anterior. Lo que está claro es que aunque «Si torturas los números lo suficiente, la naturaleza lo confesará todo» como dijo Ronald Coase.


Al final los valores son los que son y eso no se puede cambiar. A partir de ahí las conclusiones seguro que son diversas. Incluso a veces contradictorias, dependiendo de quién las formule. Vamos a tratar de definir lo que es la presión fiscal. Así pondremos en contexto los datos del estudio. Que cada uno saque sus conclusiones en función de los mismos.


¿Qué es la presión fiscal?


La presión fiscal no es ni más ni menos que los impuestos recaudados por un estado en relación a su PIB (valor de la actividad económica realizada dentro de un país). En el caso de España el dato de 2017 recogido en el informe es de un 33,7%. Por sí solo, este dato no dice nada (no se sabe si es mucho, poco, o qué es) si no se compara con el de otros países o con el de España en años anteriores. En el estudio se ve cómo el dato promedio de la OCDE es de un 34,2%, con países por encima y países por debajo (desde Francia y Dinamarca con un 46% de presión fiscal hasta México con un 16,2%). En algunos países ha subido y en otros ha bajado respecto al año anterior.


¿Qué puede significar todo esto?


Para empezar, como se ha dicho, la presión fiscal es una división:

Por tanto, el valor de la presión fiscal puede subir de un año a otro por cuatro factores, que:

  1. Solamente suba el numerador (que suban los ingresos fiscales recaudados)

  2. Solamente baje el denominador (que baje el PIB)

  3. Suba el numerador más que el denominador (que suban los ingresos fiscales recaudados más que lo que sube el PIB)

  4. Baje el numerador menos de lo que baje el denominador (que bajen los ingresos fiscales menos de lo que baje el PIB)

Es un error común creer que si la presión fiscal ha subido es porque se recauda más por impuestos que anteriormente, cuando en realidad podría ser posible que incluso se haya recaudado menos que antes pero que por recesión económica el PIB haya bajado aún más. Por ejemplo:





En este ejemplo, aunque la presión fiscal sube de un año a otro, no lo hace porque el Estado haya aumentado su recaudación, sino por la recesión en la que se encuentra que hace que el país haya perdido riqueza y que, por tanto, lo que se recauda sobre todo lo que hay es un porcentaje mayor.


Evolución de la presión fiscal


Por tanto, a la hora de sacar conclusiones sobre la evolución de la presión fiscal, convendría analizar primero la evolución de los dos factores que la componen. Y ya, para ser rigurosos cien por cien, habría que indagar en el porqué se comportan estos dos factores como se comportan (si suben impuestos, si bajan impuestos pero se recauda más por “efecto Laffer”, si se cambia metodología para contabilizar el PIB, si hay ingresos extraordinarios…)


Por otro lado, a la hora de comparar presiones fiscales entre países, también conviene no analizar ese indicador individualmente. Dos países con la misma presión fiscal no tienen por qué ser iguales ni sus ciudadanos vivir igual de cómodos. Los de un país tendrán más renta per cápita que otros o el gobierno de uno dedicará más de los ingresos recaudados a sanidad o educación que otros… y, por tanto, un indicador solo como la presión fiscal no puede servir para establecer comparaciones de condiciones de vida entre países de manera rigurosa, si no va acompañado de otros.


Si tienes cualquier duda, contacta con nosotros. En Carrillo Asesores estaremos encantados de ayudarte.




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